Por Felipe Venicio Rodríguez
Financista y Presidente de la Cámara de Comercio de Chiriquí
Panamá así como el resto del mundo está sufriendo las consecuencias de las acciones impulsadas por los generadores de petróleo, al elevar significativamente el costo del rubro , ejerciendo una presión significativa sobre grandes países que dependen en gran medida de los combustibles fósiles, para producir y transportar su carga y su gente.
A este escenario, se suman las afectaciones causadas por los embargos sobre países que normalmente producen y cuentan con las herramientas básicas para generar los insumos necesarios, destinados a fertilizar la tierra, y de esa forma hacerla más productiva, permitiendo alimentar la creciente producción mundial que padece las medidas adoptadas por las naciones consideradas como líderes mundiales.
Si bien es cierto, existen energías renovables, abonos orgánicos y biocombustibles, pero no se ha tomado con seriedad, la labor para crear alternativas que permitan responder y superar la sospechosa crisis generada, debido a que no se ha provocado por falta de inventario, y en este contexto, hacemos referencia a los plasmado en revistas especializadas, quienes indican que el diferencial de ganancia de las refinerías, se ha visto impactada drásticamente desde el inicio de la situación entre Rusia y Ucrania.
Se trata de un elemento causado, y nuestro Panamá al invertir escasamente en investigaciones para impulsar soluciones y no depender de otras naciones, pese al diminuto tamaño territorial, no tiene excusas para no avanzar económicamente. Como dice el viejo adagio “no hay nada más caro que lo que se necesita, urge y no hay”.
Cada día observamos como diferentes sectores productivos, entre ellos el lechero, el agrícola, principalmente en los rubros de arroz, maíz, entre otros, se enfrentan a fuertes desafíos por los repentinos y constantes aumentos en sus costos de producción, como fertilizantes y combustibles que han duplicado sus costos en muy corto tiempo.
Somos solidarios con todos estos sectores y nos preocupa en gran manera el impacto directo hacia el usuario, tomando en consideración que “usuarios” somos todos y nos preocupa la difícil posición de reacción inflacionaria.
Debemos procurar alternativas para sobrellevar de forma temporal esta situación, girando órdenes y destinando efectivo; recortando recursos de las áreas menos productivas, que no le generan riquezas al país, destinándolo así a los sectores más necesitadas, entre ellos el transporte, para que no sufran las consecuencias y eleven sus costos provocando de forma inminente un efecto tipo dominó sobre los productos y servicios, provocando una mayor presión.
Es importante que se destinen fondos para emular iniciativas implementadas en países como Israel, por ejemplo, en la agricultura en casa; los métodos de investigación para implementar rápidamente soluciones en biocombustibles, y generar vías rápidas de inversión en la generación de energía renovable, así como las inversiones necesarias en la transmisión, y la recolección de esta cantidad adicional de energía, para impulsar la transición a la movilidad eléctrica, y la investigación del hidrógeno para la reconversión a este sector.
.